domingo, 22 de julio de 2007

Angola. Cabalgando el furaco (Surfing the pothole)

Para entrar en este maravilloso país sólo hay que pagar 80 US$ y pasar una entretenida entrevista personal (cara a cara) en la que te preguntan cosas como si eres hombre o mujer, el nombre de los hermanos de tu padre y de tu madre y dónde fuiste bautizado… Si apruebas, te dan permiso para visitar el país, aunque se quedan un poco cortos los muy ratillas: sólo cinco días. Son casi 2000 kilómetros. En teoría, 400 kilómetros al día no parece un “gran” reto automovilístico….pero colocados en Angola, ay, amigo! Aquí no hay carreteras, ni pistas. Sólo vías de “incomunicación”. Yendo campo a través, a la pata coja, con los ojos vendados y de espaldas… hubiéramos avanzado más rápido!! Cosa imposible debido a la presencia de minas antipersonales no se sabe dónde… Hubo días en los que hicimos 100 km en 10 horas. Nada de lo que se pueda contar o enseñar en fotografías dará una mínima aproximación al “calvario” que pasamos. A veces reíamos al borde de la histeria o de la locura…. Mientras nuestros cuerpos, como el del pobre “Blanquito”, se retorcían y botaban sin descanso. Bonita forma de pasar el cumpleaños feliz! Por el camino, decenas de camiones averiados y sus tripulantes durmiendo con ellos hasta que llegara la ayuda, quién sabe cuándo… Nosotros también, cada día buscando un lugar sin riesgo de minas y oculto de la vista donde dejar reposar los huesos batidos…
Por supuesto tardamos más de cinco días (ocho) en salir por el otro lado, pero nadie nos dijo nada (ni siquiera un apretón de manos por haber terminado semejante hazaña).
Ahora, el paisaje, fantástico –qué bosques de baobabs!!, qué costa!!, qué bonito Luanda!!-, la gente, tranquila, simpática y a veces tímida.
Reconstruyendo el país están los chinos con sus carreteras “todo a cien” y gente como Rodrigo, el amigo de Rodrigo-Soria, que les lleva la luz. Fue surrealista encontrarse con él en mitad de una carretera en mitad de un país… Y mucha gente activa en las ciudades. A ver si les va bien.
El caso es que llegamos a las puertas de Namibia. Parecía que una etapa del viaje estaba a punto de concluir…
Angola

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