jueves, 25 de octubre de 2007

Otra vez en Africa. Zambia

Victoria Falls se ha convertido en una burbuja turística en Zimbabwe desde que el país ha sido llevado casi al colapso por su presidente, el señor Mugabe. Las tiendas están cerradas por falta de suministros y por la política de precios fijos, muy por debajo del precio real de mercado, que el gobierno impone. Los jóvenes tratan desesperadamente de vender o cambiar por lo que sea sus souvenirs. A pesar de la escasez, aún se ven bastantes turistas en las cataratas, que son realmente un espectáculo. Incluso los monjes budistas surcoreanos se rinden a sus pies…

Zambia


Entrar en Zambia fue salir de la burbujita. De nuevo gente por las carreteras, caminando con bultos en la cabeza, muchas bicicletas a piñón fijo, puestecillos de verduras y bananas, chozas con tejado de paja, pilas de carbón, pequeños edificios pintados de colores, las peluquerías….

De Livingstone fuimos directamente al parque nacional de South Luangwa, que es una de las mayores atracciones turísticas del país. Está lleno de animales… y de turistas! Los safaris nocturnos dentro del parque son muy populares. Demasiada gente demasiado cerca de las bestias. Y encima coincidimos con la visita del vicepresidente del país con toda la recua de señores armados hasta los dientes…. Anda que si se lo llega a comer un león…!

El caso es que empezamos a estar un poco saturados de tanto safari, así que hemos apretado un poco el pedal para cambiar de aires…. Un poco de relax en el lago Malawi y en pocos días estaremos en el mar, en esas prometedoras playas de Mozambique… uhm!!!!!!!!!! Pescaito, pescaito!!! Rico, rico, rico!!!!

lunes, 8 de octubre de 2007

Botswana salvaje!!

Botswana

Luis y Mari de vuelta a casa y nosotros, de vuelta a Africa. Botswana es un destino ideal para disfrutar de la vida salvaje… y para gastar dinero. Nosotros llegábamos dispuestos a lo primero, pero no a lo segundo! El destino nos premió, quién sabe por qué, con una visita gratuita al parque nacional de Moremi y con un grupo de personas estupendas con las que compartir experiencias, risas y… costes!
Moremi es el parque que incluye el delta del Okavango, que se supone está lleno de aves y de vida salvaje. Lo más salvaje que encontramos fueron los monos papiones que se organizan en bandas criminales para atacar los campamentos que los turistas abandonan por la mañana en su búsqueda del león, del leopardo y de otras bestias mucho más tímidas que estos primates tan descarados. Hay que ver cómo se parecen a sus primos, los humanos! Antonio los vio abriendo neveras y pillando cocacolas y cervezas! A nosotros sólo nos cubrieron el coche de excrementos y orines….y nosotros que pensábamos que era la lluvia que llegaba al delta!
Los elefantes son ABUNDANTÉRRIMOS. Como son los jefes del lugar, les da exactamente igual alimentarse en medio del bosque que entre las tiendas de los campistas, con el consiguiente desasosiego nocturno que esto conlleva. Es excitante, sí, emocionante, sí, sí, pero yo me muero de miedo!!!!
Aquí conocimos a Jacinda y Paul, dos australianos que acaban de empezar su periplo alrededor de Africa y con los que nos bebimos una botella de vino blanco sudafricano a temperatura ambiente… las risas debieron de ahuyentar aquella velada a todas las fieras….
La capital del safari organizado es Maun, al sur del delta. Allí habita otra fauna bastante interesante: los guías profesionales. Antiguos vividores, aventureros, ex hippies que ahora se dedican a pasear a gente con pelas y entre medias a practicar el levantamiento de botellín en veladas eternas mientras suenan los Rolling o la Credence. Muchas historias que contar antes de que llegue la madrugada. Antonio y Jorge –no se sabe si fue antes él o Mick Jagger…- empatizaron al instante con el ambiente “de época” y se fueron de marcha por el canal en la motora de David, el peculiar dueño del Old Bridge Backpackers. Volvieron sanos y salvos…y a tiempo para el desayuno.
Para los que vamos con el presupuesto más ajustado, lo de volar sobre el delta queda para otra ocasión. En su lugar es posible hacer una preciosa excursión por los canales del delta durante varios días en un mokoro, que es el nombre local para la canoa hecha de un tronco de madera. Es delicioso deslizarse lentamente y sin ruido alguno entre las hierbas y juncos que inundan el agua… casi no se ve! Fuimos con Jorge y Cristina –médicos, cacereños y majísimos- y con Ilja y Tessa, dos chicas holandesas absolutamente opuestas entre sí…. qué linda es la amistad!
Nuestros jóvenes y fornidos mokoristas también nos llevaron de paseo por la isla donde acampamos, con la inmensa suerte de ir a dar con una leona que se estaba papeando un ñu tiernecito, tiernecito… suerte que estaba entretenida con tan suculento manjar y no decidió comernos a ninguno de postre!
Un poquito de cultura en Tsodilo Hills, una inmensa y remota roca en medio de la sabana, llena de pinturas san y de una fuerza “sobrenatural”…. Si yo hubiera sido de la tierra, también hubiera adorado allí a los dioses. Son las cinco y media, está amaneciendo, se escuchan cantos y tambores que se acercan. Varios hombres y mujeres portando cruces y vestidos de blanco llegan a la cueva sagrada. Entran cantando, se hace el silencio, el tambor continúa marcando suavemente el ritmo. Y poco a poco estos hombres y mujeres van entrando en un trance que los hace gritar, llorar, gemir, retorcerse mientras son atendidos por el maestro de ceremonias y sus ayudantes y el tambor aumenta su frecuencia y potencia…. Estamos dentro de la tienda sin perder detalle y sin hacer un ruido. Qué clase de rito es este…??? Poco a poco se tranquilizan… ya habrán limpiado sus espíritus. Y de la misma forma que llegaron, se van, cantando al ritmo del tambor. Menuda forma de empezar el día!!! La población es cristiana, pero nadie olvida a los ancestros y el poder mágico que emana esta roca.

Y sólo nos quedaba entrar al Chobe, donde nos hartamos de ver elefantes, cebras, bufalos e impalas. Cientos de ellos bebiendo, pastando y protegiéndose de los predadores al borde del río Chone. Impresionante. Como toda la naturaleza en este país.

Un poquito más allá, Zimbabwe y las cascadas Victoria, por donde se arroja brutalmente el río Zambeze, ya estaban preguntando por nosotros.