Luego en Mamfé, una de cal y otra de arena. Por un lado, los piratas del hotel Data, que te cobran una pasta por acampar sin derecho a usar la toilette ¿? Pues dónde querían que les dejáramos el regalito mañanero??? O es que piensan que los turistas no cagan!! Al final nos dejaron usar uno…que no tenía agua… En fin. Y por otro lado, Scolastica, una joven absolutamente desinteresada que nos ayudó a encontrar donde cambiar algo de dinero.
Esa tarde cayó una buena tormenta… que seguro que tuvo algo que ver en el estado de la pista hacia Kumba al día siguiente. El que más sufrió fue Tim, un motorista inglés que en sus tres años por el oeste de África no lo había pasado peor.
Los camiones cargados con enormes árboles despiezados pasan sin problemas por las resbaladizas pendientes, nosotros con el “Blanquito” y Antonio al volante, damos algún que otro resbalón pero también pasamos; los coches locales, turismos elevados a punto de pasar a mejor vida, son las estrellas de la pista. Suben y bajan dando unos bandazos que los dejan mirando en sentido contrario, pero siempre logran enderezar y llegar al final. Las motos, todas con más de dos pasajeros, también hacen las delicias del pueblo… que está deseando que llueva de verdad para empezar a cobrar por empujar, desatascar o permitir el paso alternativo por sus tierras a todo el que esté en apuros. Así que cuando el pobre Tim empezó a resbalar y caerse de la moto una y otra vez, nadie fue a auxiliarlo, sino que fue objeto de cachondeo generalizado. Menos mal que estábamos por allí…y que no cobramos por ayudar al prójimo…
Como premio, atardecer con vistas al monte Camerún….que está despejado!!
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| Camerun |
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