domingo, 20 de enero de 2008

Etiopia de sur a norte

El dia de Navidad nos levantamos dispuestos a todo y nos fuimos en busca de los Mursi, más ariscos y menos sofisticados que los Hammer, pero igualmente fascinantes. Las mujeres cortan su labio inferior de manera que son capaces de colocarse enormes platos de arcilla en su interior… Sonreir al tiempo que lucen semejante adorno resulta dificil… supongo.
Algunos Mursi ya no son nómadas; han encontrado que dejarse fotografiar por los turistas resulta más cómodo que pasear a las vacas de acá para allá. Creo que se
sorprendieron bastante cuando comprobaron que en lugar de tomar fotos, tomábamos un baño en pelota picada en su río, junto a ellos. Para estas personas sin pudor por su cuerpo desnudo, debió de despertar curiosidad saber si los turistas blancos “tenían” lo mismo que ellos debajo de toda esa ropa…. a juzgar por el interés que mostraban por nosotros y los grititos y risitas que emitían al ver que, efectivamente!, teníamos lo mismo mismo… aunque a diferente escala…

Después de tanta vida tribal llegamos a Addis Abeba, justo para el cambio de año –aunque según el calendario etiope, estamos en el año 2000 hasta el mes de septiembre, concretamente hasta el día 11…-. La nochevieja fue un tanto surrealista, pero muy divertida. Trece personas de cualquier nacionalidad pegando brincos al ritmo de la vibrante música etiope que sonaba sin cesar en el Habesha. Muy buena la juerga…. pero al día siguiente había que trabajar: visados, los bajos de Blanquito, internet…. Y menudos cuerpos serranos arrastrábamos!!

Con los visados para Sudán y Egipto en la mano, nos despedimos de nuestro querido Robbo – a partir de aquí toma la ruta asiática de vuelta a Australia pasando por Yemen-, y nos juntamos para cruzar Sudán con Ilvy&Ilja y con Vula y Akis, una pareja de Grecia que está dando la vuelta al mundo.

Las nuevas carreteras que están construyendo en Etiopia me parecían máquinas del tiempo por las que atravesábamos a toda velocidad un paisaje anclado en un inmutable presente por siglos…. De vez en cuando un burro, un niño o una bicicleta transgredía sin previo aviso los límites del flujo futurista y a punto estaba de provocar un accidente cósmico… Poner los pies fuera del coche daba casi vértigo. ¿Llevarán estas supuestas vías de comunicación la prosperidad a los etiopes?? O seguirán siendo una línea reservada por donde unos pocos cambian de escenario a toda velocidad sin comprender nada de lo que sucede del borde hacia fuera… Veremos.
Fin Etiopia

No hay comentarios: