viernes, 4 de enero de 2008

Etiopia de nuevo!

En medio del polvo y de la luz cegadora vimos un grupo de personas vestidas de acuerdo a los canones de su tribu de nacimiento y decidimos parar a preguntar por la direccion correcta de la frontera…. Y resulto que ya estabamos en ella, y que el de las plumas en la cabeza, la faldita y el collar de cuentas de colores, era el policia a cargo! Luego te fijas mejor y es que tambien lleva kalashnikov…. En un momento se congrego alli media region y acabamos haciendonos fotos a diestro y siniestro.
Etiopia


Entrabamos directamente al valle del rio Omo que es el que alimenta al lago Turkana. Nuevas tribus y nuevas aventuras: caminos que se pierden en la maleza y que nos hacen dar vueltas sobre nosotros mismos en lugar de avanzar, el coche de Il&Il que de pronto se para en una hondonada justo en el momento –el unico!- en que un camion cargado de pasajeros quiere pasar justo por alli… El agua que se acaba, el calor, el polvo… y donde esta la maldita averia! Empujando empujando conseguimos apartarnos del camino y dormir entre el matorral.
Llegamos a Turmi, capital del mundo Hammer. Lunes, mercado y encuentros con antiguos amigos, Paul y Judith la pareja viajera con la que habiamos compartido el desierto en Mauritania, 10 meses atras!! Increible. Y tambien nos encontramos con un muchacho que nos guio por el pueblo hace tres anhos.... si es que el mundo es un panhuelo… El martes, ceremonia de iniciacion del joven adolescente, solo saltar y correr sobre una fila interminable de lomos vacunos y no caer... si sale victorioso, tendre derecho a empezar a buscar esposa. Las mujeres de su familia son fustigadas por los jovenes entre canticos e ingesta de cerveza local. De esta manera demuestran cuan fuertes son. Las heridas sangrantes en sus espaldas dan fe de ello.

Aturdidos de tanta accion, nos fuimos al camping a pasar la Nochebuena, y lo encontramos testado de turistas –menudo shock para nosotros que veniamos de la vida silvestre!-, pero conseguimos pasar unas risas e irnos a la cama tan felices como siempre.

Nairobi, antes del caos

Cuando llegamos a Nairobi, el 10 de diciembre, no encontramos mas que el caos habitual en una gran ciudad del continente: obras incabables en las carreteras, furgonetas cargadas de pasajeros en manos de conductores suicidas, calor, polvo, animales cruzando la calzada…. Lo unico que indicaba la proximidad de las elecciones eran los enormes carteles que adornaban las calles principales con las caras de los candidatos… a cual mas gordo… Esta claro que el Kibaki era el que mas posibilidades de ganar tenia: para eso estaba ya en el poder. Desde ahi es mucho mas facil manejar lo que haga falta en caso de necesidad!

Kenia


Nosotros hicimos nuestro trabajo, conseguir visados, adecentar a Blanquito y comprar macarrones y sardinas y 270 litros de gasoil para la siguiente aventura: cruzar a Etiopia por el lago Turkana. Mas de 1000 kilometros por caminos llenos de agujeros y tribus, sin posibilidad de abastecimiento y sin hoteles ni nada por el estilo, salvo un par de misiones catolicas (a las cuales les estamos eternamente agradecidos) y el bushcamping de marras, que al final es lo mejor.
Asi que nos juntamos una buena pandilla, los Blanquitos, Paul y Jacinda, aunque solo por unos dias, Ilvy&Ilja con el hermano gemelo de Blanquito y Robbo, el hombre duro a lomos de su Motorship (la “moto-barco”), rebautizado como Mothersheep, o sea, la “madre del cordero”!
Segun nos adentrabamos en el norte de Kenia, mas remoto se iba haciendo todo, el paisaje, la gente, el camino y sus agujeros. El lago Turkana aparecio casi de repente, como un gigantesco espejismo azul en medio del secarral. Increiblemente entre este pedregal hay seres humanos capaces de subsistir. Hay fuentes, pero muchos beben directamente del lago... que tambien los provee de exquisito pescado.

Hay un par de asentamientos grandes en la orilla. Loyangalani es uno, aqui conocimos al padre Fabio, un colombiano lejos de su hogar que nos hizo la vida un poquito mas facil. En Illeret, muy cerca de la frontera con Etiopia nos recibio el padre Florian. Ora et labora es su lema... no se si ganaran muchas almas para su causa, pero no cabe duda que son gente con mucho valor.
Las tribus que encontramos por el camino, Samburu, Dashenek, Turkana… son gente dura; con nosotros se mostraron simpaticos y curiosos, pero creo que si hay vacas por medio… la cosa cambia, y con tantas armas que vimos la cosa se debe de poner seria de cuando en cuando. Nos dijeron que un grupo de 100 hombres turkana acababa de salir en direccion territorio Gabra, los mas “malos” de la pelicula. Claro que siempre depende de quien este contando esa pelicula…

El 22 de diciembre nos encaminamos a la frontera etiope…. y menuda frontera encontramos !

martes, 11 de diciembre de 2007

El Safari

Dejamos la asfixiante Dar es Salaam (Casa de la Paz) y nos refrescamos en las alturas de Lusotho antes de comenzar el Safari por excelencia: la ruta por el Serengueti y el cráter del Ngorongoro. Impresionante concentración de bestias…. (de cuatro patas y de cuatro ruedas) e impresionante máquina de hacer pasta! Echando cuentas vimos que era menos caro contratar un tour organizado en lugar de entrar con nuestros coches, así que de repente nos encontramos metidos en un land rover descapotable con un conductor-guía y un cocinero, rodeados de otros vehículos cargados de turistas y tirando fotos a diestro y siniestro: aquí, una familia de 15 leones camino del aperitivo, cebra fresca; allí una manada interminable de búfalos somnolientos; más allá, una leoparda con sus dos leoparditos jugueteando en lo alto de un árbol; unos guepardos otean el horizontes camuflados entre la hierba seca, las cebras y los ñúes moviéndose con las lluvias.
El Safari. Tanzania

Y de repente, una leona aparece entre la vegetación del lecho de un arroyuelo; avanza segura pero sin prisa, todo el cuerpo en tensión, las orejas hacia atrás…. al arroyo acuden cebras y ñúes a beber… y ella lo sabe; lleva una hora observándolos. Se detiene, la vegetación sólo nos permite ver sus orejas… De pronto todos los animales echan a correr! Allí aparece, con su cuerpo atlético volando sobre las cebras, tratando de alcanzarlas, sin éxito. En plena carrera avista un ñu confiado, rezagado o despistado y cambia su trayectoria en perfecto ángulo recto para lanzarse sobre él. Es presa menos apetitosa que la sabrosa cebra, pero se nota cansada y el ñu parece una captura más fácil. Desafortunadamente para ella su explosiva carrera termina delante de nosotros sin trofeo. Diez segundos de extraordinaria acción la han dejado exhausta y ahora necesitará un par de horas para volver a intentarlo. Seguramente lo conseguirá; el cráter del Ngorongoro está lleno de carne!!


Por toda esta zona y alrededor del monte Kilimanjaro viven los masai. Se los conoce porque son altos y delgados, pegan saltos y beben sangre de vaca…. Pero nosotros sólo los vimos cuidando de su ganado o dedicados al comercio: vendiendo collares y sus cuerpos para la foto. Lo bueno es que aunque no quieras comprar nada ni hacerles una foto, tienen buen sentido del humor y tiempo para reír. En fin, las típicas bromas del género masculino acerca de tamaños y duraciones hermanaron en la risa al Tonet y Paul con algunos de ellos…

Y el Kili…. pues para otra ocasión, que el agujero en el bolsillo que nos ha ocasionado Tanzania va a necesitar varios remiendos….

Zanzibar

El ferry llegó bien temprano, tanto que casi nos pilla en la cama… En la hoguera que los muchachos encendieron la noche anterior para ahuyentar a las alimañas –elefantes y mosquitos-, ardió el poste donde normalmente aseguran el barco mientras los coches acceden a su interior. Tras la primera sorpresa y ante la imposibilidad de encontrar un poste de reemplazo de emergencia, el barco maniobró hasta colocarse casi en línea con la línea de costa y la tripulación comenzó a proferir gritos a los conductores –Antonio y Paul- tratando de orientarlos debidamente al interior del ferry y no al interior del río…
Felizmente embarcamos, atravesamos el río sorteando bancos de arena y nos plantamos en Tanzania.

Sólo hay un río, un pequeño hito geográfico entre los dos países, pero la distancia en desarrollo se asemeja más a un océano. Aquí hay ciudades, electricidad, tiendas más o menos surtidas, instalaciones para turistas…. Pasamos los primeros tres días en una reserva marina pegada a la desembocadura del río-frontera. Playa paradisíaca y mar lleno de coral y peces de colores, pero ni un ápice del genuino encanto que tenía cualquier playa llena de cacas en Mozambique…


Camino a Dar es Salaam, paramos en Kilwa Kisiwani, otra de estas islas que fueron plaza importante del comercio internacional de esclavos hasta el siglo XIX. Aquí coincidimos con un grupo de jóvenes estudiantes y su profesor, un hombre inteligente y sensible a los problemas de desarrollo a los que se enfrenta su país. Durante un buen rato estuvimos arreglando el mundo, concluyendo que no tiene solución, pero… que hay que seguir intentándolo! La corrupción galopante dificulta extremadamente cualquier intento emprendedor por parte de los ciudadanos y la ayuda internacional, desgraciadamente, muchas veces alimenta el problema más que eliminarlo.

El caso es que continuamos rumbo norte… Todo el mundo habla de lo malas que son las carreteras en Mozambique y en Camerún…. pero peores que en Tanzania, con la memorable excepción de Angola, no las hemos visto, y nadie habla de ellas! Arena, barro, agujeros, camiones, autobuses atrapados… bonito panorama! Y luego el tráfico en la ciudad… qué caos! Pero el hombre blanco siempre necesita algo de las ciudades: internet para comunicar con el mundo exterior, un taller para cambiarle los dodotis a Blanquito, un supermercado para comprar nutella…. en fin, esas cositas.

Zanzibar


Dejamos a Blanquito en manos de los cristianos del YMCA (los del grupo musical!!) y nos tiramos al mar en busca de Zanzíbar. La Ciudad de Piedra rezuma exotismo y se revela como un lugar de auténtica fusión cultural. Allí conviven África, el mundo árabe, la cultura hindú, y recientemente el salvaje oeste con sus turistas… ligeros de ropas y con los bolsos repletos de dólares.
Nosotros, claro, buscamos el alojamiento más barato, la comida más barata… y nos gastamos la pasta en unos buceos ALUCINANTES! En fin, no hay palabras para describir algo que requiere ser experimentado para ser comprendido. Hala! A ponerse las gafas y el tubito y a ver pececitos, que nosotros nos vamos otra vez al continente a encontrarnos de nuevo con los leones y los elefantes en el Serengueti.

martes, 27 de noviembre de 2007

Una perla por descubrir

Mozambique


La primera noche en Mozambique no resultó muy prometedora. Nos encontró la noche lloviendo, sin techo donde cobijarnos y en medio de una carretera en obras… Helen pensó rápido: dentro de este parque de maquinaria ha de haber un ingeniero portugués dispuesto a ayudarnos. Y así fue, unas caritas de pena y un poco de blablablá y al cabo estábamos instalados cómodamente entre buldozers y retroexcavadoras en un decorado futurista estilo Blade Runner.
Las carreteras en el norte son razonablemente malas….no puedes planificar llegar a destino pero al menos no te quedarás atrapado por tiempo indefinido. Poquito a poco nos fuimos acercando a la costa para asomarnos al increíble mar turquesa y a sus pequeñas joyas. Como aún no ha llegado el turismo masivo, la sensación de descubrimiento es muy intensa…como contrapartida, no hay muchas de las comodidades que suele apreciar el mzungu (hombre blanco): ducha de alcachofa, noches silenciosas, restaurantes con comida…. un ventilador en la habitación.

Ihla de Mozambique es una islita conectada al continente por un puente de 3 kilómetros. En el pasado fue un importante puerto comercial entre África, Asia y Europa. Es Patrimonio de la Humanidad. Toda la ciudad está llena de magníficos edificios ahora medio en ruinas. Esto le da un aire entre romántico y decadente muy atractivo, pero está claro que no le vendría nada mal un poco de restauración.

Desde aquí fuimos a Nacala, donde inauguramos la aventura del buceo. Qué excitante estar otra vez volando bajo el agua, echando burbujitas como los peces de colores que andaban alrededor nuestro! Entrenamiento para lo que vendría después…

La auténtica “L.E.” (local experience) llegó cuando se nos ocurrió ir a la isla de Ibo. Primero, llegar hasta allí a través de caminos polvorientos (prometen barro pringoso con las primeras cuatro gotas) cruzando aldeas donde aún se acercan las personas a saludar a los extranjeros. Luego, dejar el coche en un “parking”…. un descampao supuestamente vigilado (a la vuelta descubrimos las dos cerraduras forzadas) y tomar un bote al asalto en competición con el resto de los potenciales pasajeros para alcanzar la ansiada isla. El mar andaba un tanto revuelto y la mojadura fue colosal. Parecía que nos arrojaban cubos de agua!! Mi camiseta mojada causó cierto revuelo entre el pasaje…. hasta que me percaté de ello y tomé las debidas precauciones.

Varias paisanas del pueblo alquilan habitaciones y te dan de comer en sus casas. Por fin encontramos una, la de Mariam, pero ella no estaba y su marido no tenía la llave de las habitaciones… dicen que no se fía de él! Gracias a la intervención del azar y de una vecina, conseguimos alojarnos. Todos felices. Pero llegó la noche y cerramos las puertas y nos metimos en las habitaciones y… horror! Qué calor!! Acabamos arrastrando los colchones a la baranda tratando de encontrar aire para respirar.

Por el día, paseito a la isla de Quirimba chapoteando en el barro del manglar y por el fondo del mar en marea baja (como Moisés y sus muchachos!) y vuelta en barco de vela al subir la marea. Nosotros lo hicimos por pasear, pero hay un increíble tránsito de personas y productos por este pasaje transitorio.
El mar estaba poco propicio esos días y resultaba difícil encontrar pescado para cenar, pero nuestra vecina se las apañó para hacernos un guiso estupendo. Maestros de la supervivencia.

Más al norte encontramos un rinconcito del paraíso. Pangane, se llama. El mismo mar de color increíble, los pescadores en sus dhows de blanca vela, las señoras mariscadoras, las langostas diciendo ¡cómeme, cómeme!. Akshim, un señor muy musulmán y muy risueño ha construido un remanso de tranquilidad aquí. Pero por las cosas de las mareas, el último día para cruzar el río que separa Mozambique de Tanzania se aproximaba, así que no pudimos retozar más que tres días en semejante vergel.

De Mozambique a Tanzania


El río se cruza en un ferry diminuto previa cita con el patrón. Nos presentamos una mañana en la orilla después de sellar la salida del país en Inmigración y tratamos de llamar al capitán. Mala fortuna…. Seguimos en Mozambique pero aquí ya sólo opera la red tanzana…. Varios jóvenes oportunistas se “ofrecen” a ayudarnos, pero cualquiera se fía…. Uno que prometía ir a avisar al capitán en su barquita, se fugó con el adelanto!
Conseguimos hacernos con una tarjeta funcional y llamar varias veces al supuesto capitán que nos prometió venir a buscarnos al atardecer. Finalmente, a eso de las cinco de la tarde, los ojos rojos de otear el horizonte esperando la llegada del barquito, Antonio volvió a contactar…. Que no, que hasta el día siguiente no vendría. Así que allí mismo acampamos, entre las cacas de los elefantes que suelen acercarse por las tardes a beber.


Divertido final para nuestra intensa estancia en Mozambique.

El océano interior.

Nooooooooo, no voy a vender ningún libro de autoayuda; este océano al que me refiero es el lago Malawi… En el mapa es un charquito, pero desde la orilla jurarías que estás frente al mar. Con sus olas, sus peces, sus pescadores, sus chiringuitos de playa… Hasta temporales tiene!! Y si no que se lo pregunten a Antonio. El probín salió tan dispuesto a traer unos hermosos pescados para la cena y no aguantó ni cinco minutos antes de echar hasta el primer desayuno…. Decididamente es más fácil, barato y rápido comprar el material a los pescadores locales.

Malawi


Además de los peces gordos –butterfish y catfish- que se comen y que viven en el fondo del Rift Valley, en el lago se encuentra la familia colorín de nuestras carpas –azules, azules y amarillos, a rayas, con puntos, con puntos y rayas…- Muy bonito snorkelear aquí. Lástima que al ser agua dulce sea también el hogar de un bichito llamado bilarzia que gusta de hospedarse en las carnes de los tiernos y confiados turistas. Con nosotros lo lleva claro: tenemos el antídoto, unas pastillitas que les darán matarile en unas semanas.

Lo mejor de Malawi fue la compañía. Después de los meses pasados en soledad parejil hemos encontrado a unos estupendos compañeros overlanders. Paul y Jacinda, dispuestos a llegar desde Australia a Madrid pasando por London. Estamos pillando un acento australiano….. cuando pillamos lo que dicen!! Luego nos encontraron Helen y Ulrike. Helen es comadrona en un hospital público en Mozambique y aparte, una persona excepcional. Con su táctica “go and talk” se nos subieron en los coches durante una semana. El Discovery de P&J tiene aire acondicionado, cómodos asientos y las ladillas aún no anidan en su interior. Nosotros ofrecíamos la auténtica experiencia africana: calor, polvo, amortiguación de camión y la posibilidad del contacto con la población local a través de las ventanillas siemprebajadas… “Give me money!”, nos gritaban alegres los niños y nosotros respondíamos cordialmente… “No, you give me money!”
Herencias de la cooperación internacional….

Una noche de espectacular tormenta dejamos Malawi y entramos en Mozambique….

jueves, 25 de octubre de 2007

Otra vez en Africa. Zambia

Victoria Falls se ha convertido en una burbuja turística en Zimbabwe desde que el país ha sido llevado casi al colapso por su presidente, el señor Mugabe. Las tiendas están cerradas por falta de suministros y por la política de precios fijos, muy por debajo del precio real de mercado, que el gobierno impone. Los jóvenes tratan desesperadamente de vender o cambiar por lo que sea sus souvenirs. A pesar de la escasez, aún se ven bastantes turistas en las cataratas, que son realmente un espectáculo. Incluso los monjes budistas surcoreanos se rinden a sus pies…

Zambia


Entrar en Zambia fue salir de la burbujita. De nuevo gente por las carreteras, caminando con bultos en la cabeza, muchas bicicletas a piñón fijo, puestecillos de verduras y bananas, chozas con tejado de paja, pilas de carbón, pequeños edificios pintados de colores, las peluquerías….

De Livingstone fuimos directamente al parque nacional de South Luangwa, que es una de las mayores atracciones turísticas del país. Está lleno de animales… y de turistas! Los safaris nocturnos dentro del parque son muy populares. Demasiada gente demasiado cerca de las bestias. Y encima coincidimos con la visita del vicepresidente del país con toda la recua de señores armados hasta los dientes…. Anda que si se lo llega a comer un león…!

El caso es que empezamos a estar un poco saturados de tanto safari, así que hemos apretado un poco el pedal para cambiar de aires…. Un poco de relax en el lago Malawi y en pocos días estaremos en el mar, en esas prometedoras playas de Mozambique… uhm!!!!!!!!!! Pescaito, pescaito!!! Rico, rico, rico!!!!